A final de año con el cierre del ejercicio en contabilidad uno de los asientos más importantes es la dotación a la amortización del inmovilizado. Es decir, la depreciación, deterioro o pérdida progresiva del valor que estimamos que nuestros bienes de inversión sufren derivados del su uso en la actividad económica que realizamos.

¿Qué son los bienes de inversión?

Son aquellos bienes que perdurarán en la empresa en más de un ejercicio y que se utilizan única y exclusivamente para dar apoyo al objeto social de la empresa, es decir, están afectos a la actividad económica.

Los ejemplos más clásicos son un terreno, una nave, una máquina, un vehículo de empresa, equipos informáticos o mobiliario entre otros. Pero también pueden ser cosas intangibles como una licencia o un desarrollo de software.

¿A partir de que momento podemos comenzar amortizarlos?

Se comienza a amortizar desde el momento que lo adquieres o bien desde que lo afectas a la actividad.

¿Qué % de valor podemos amortizar cada año?

Para ello, lo primero que tenemos que determinar es cuál es la vida útil del activo amortizable, es decir, el plazo de tiempo en el que esperamos utilizarlo.

A continuación, tenemos que realizar una estimación de cuánto podríamos obtener en el momento de finalización de su vida útil por su venta o cualquier otra forma de disponer de él. Igualmente, deberemos realizar una estimación de los gastos que supondría dicha enajenación. Lo que pensamos que nos quedaría será el valor residual del activo. El resto de su valor lo amortizaremos a lo largo de los años.

Podemos amortizarlos en los valores que estimamos y nos permiten las tablas de Hacienda. Generalmente suele ser un porcentaje que va desde el 3% hasta el 25% en el caso de aplicar la amortización acelerada en 4 años o el 100% en los bienes con un importe inferior a 300€. Podemos jugar con el límite de años impuesto por hacienda y el % máximo anual permitido.

¿Qué significa amortizarlos?

La amortización de bienes que en la contabilidad llamamos inmovilizado (ya sea intangible, es decir valores abstracto o material) para los autónomos y PYMES es un gasto deducible importante que reduce nuestro beneficio y, en ocasiones, se puede realizar durante un largo periodo de tiempo.

En el momento que hayamos amortizado completamente el bien, dejara de tener valor en el Balance de Situación de la empresa y no podremos seguir amortizándolo aunque siga siendo utilizado para la actividad de la empresa.

Pero… si no lo has pillado ya

¿Por qué es importante llevar un buen control de la amortización de tus activos?

“El gasto a efectos de actividad que no afecta a la caja”

En la cuenta de pérdidas y ganancias de final de ejercicio aparecerá como un gasto que reducirá tu beneficio y como consecuencia un menor importe de gravamen sobre el resultado obtenido, que será menor. Por eso es importante conocer como funciona y aprovechar la opción más beneficiosa legalmente posible cuando realizas desembolsos importantes para invertir en tu negocio.  Afecta directamente en tu rentabilidad y además, reduce el pago de impuestos. Es importante aplicarlo correctamente debido a su tratamiento contable y fiscal.

Para terminar este breve artículo destacaré la conocida frase a nivel empresarial que destaca la importancia de la Tesorería o el flujo de caja como una activo estratégico de la empresa. Hay muchos motivos que pueden hacer fracasar o “colaborar” en el fracaso de una empresa, pero hay uno que no perdona y que acaba con cualquier proyecto, es la falta de efectivo para atender los distintos pagos.

“CASH is KING”